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Letizia Arbeteta, especialista en Artes Decorativas, comenta la obra "Vaso en forma de Velón".
 
Vaso compuesto con por tres piezas de citrino y siete guarniciones de oro con esmalte excavado en negro. Cuerpo ovalado que desarrolla cuatro lóbulos, más acusados los de los extremos, donde se asientan dos guarniciones, con cuello corto, cilíndrico, y piqueras como los mecheros de un velón. La decoración consiste en gruesas ondas y volutas labradas en el cuarzo, que surgen de la base y se superponen a un diseño de gallones paralelos, que se reduce en torno de la boca, de grueso borde, al igual que tapa, gallonada al modo tradicional y de perfil acampanado. Dos asas de oro, a modo de cartones, en "ese", surgen cartones. Su decoración consiste en un rayado en esmalte embutido que desarrolla un tema ornamental muy delicado, derivado del motivo de los candelieri renacentistas, lo que, al igual que los mecheros, crea una sensación de finos arabescos. Sobre la tapa, una guarnición anular con motivo esmaltado de ovas y franjas, sostiene un remate de balaustre, también gallonado y con boliche, en un tono más oscuro que el resto del vaso. Un anillo con decoración de volutas sujeta el pie, labrado con gallones, a la base del cuerpo. La guarnición de la base lleva la habitual cenefa de ovas y franjas, además de unos arabescos. Éste es uno de los pocos vasos del conjunto de las alhajas que no ha sufrido deteriores, y se halla, por tanto, en su estado original.
 
El Tesoro del Delfín es un conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española. Luis de Francia (1661-1712), hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre; la adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V (1683-1746) recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de Madrid, guardados en sus cajas, desde donde se trasladaron, en fecha posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas. En 1778 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la colección llega al Real Museo, donde sufrieron en 1918 un robo. Con ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran expuestas en el edificio Villanueva. (Texto extractado de Arbeteta, L.: El Tesoro del Delfín. Catálogo Razonado, 2001, pp.295-297).
 
(Subtítulos en inglés y español)

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